"Sensacionalismo" se define como esa tendencia de los medios de comunicación a producir sensación o emoción en el ánimo con noticias,sucesos, etc. de impacto. Torrico Villanueva matiza esta definición diciendo que es la modalidad periodística (y discursiva por tanto) que busca generar sensaciones –no raciocinios- con la información noticiosa.
Ayer, en la rueda de prensa de Quique Sánchez Flores tras perder el partido en Almería, de forma injusta a mi modo de ver, el entrenador madrileño declaró que la derrota le producía un sabor amargo pero que el equipo dejaba sensaciones.
Ignoro qué sensaciones pueden ser las que le deja el equipo al Sr. Sánchez Flores, yo aquí les vengo a contar las que me dejan a mí, tanto el equipo como el propio entrenador.
Que con la llegada de Tiago el juego ha mejorado es algo innegable. El luso toca, se ofrece, distribuye con criterio, defiende y ataca sabiendo siempre lo que debe hacer,como si fuera jugador de fútbol. Y su contribución ha despertado a otros que también debían ser jugadores de fútbol, pero que estaban aletargados, como Assunçao, Simao y Reyes. Esta media se ha evidenciado que funciona, aunque Simao no esté para dos partidos semanales o incluso ni para uno. El recambio debería ser Salvio, cambiando al de Utrera a su banda natural. Todo lo que se salga de ese planteamiento, por mucho que a Salvio le quede todo por demostrar, no resulta válido, porque Jurado y Raúl García no son interiores, Cedric ha sido defenestrado injustamente por Quique y Keko ha recalado en Valladolid, donde, como era de esperar, empieza a brillar con luz propia, esa luz que en muchos de nuestros jugadores de la primera plantilla se les fundió hace tiempo o, lo que es peor, nunca demostraron el más mínimo fulgor.
Assunçao ahora se atreve a hacer cosas hacia alante que con el insulso Raúl García y el anárquico tenista nunca se le hubieran pasado por la cabeza y sigue aplicándose en el aspecto defensivo con maestría. Reyes está hecho un portento físico y técnico, no se sabe si porque el Mundial está ahí y le alumbra la esperanza de poder ser convocado, o porque a sus ventiseis años le ha dado por ser definitivamente eso que apuntaba en su juventud sevillana. El caso es que está siendo el mejor de largo en los últimos partidos, por más que nos pese a los que siempre creímos que los perros no deben dedicarse al fútbol. Y Simao aporta veteranía, sus faltitas magistrales a puerta y su entrega en la ayuda a Antonio López, pero anda cortito de físico, muy endeble, casi tanto como el lanzamiento de sus saques de esquina que suelen resultar intranscendentes, lo cual, es asombroso que no haya sido corregido a lo largo de estos años. Esos corners de Simao son unos de esos casos de fenómenos paranormales de imposible resolución, por lo que se ve, tras el paso de tres entrenadores por el banquillo colchonero. Igual si los tirara Reyes veríamos la luz.
Pero hete aquí que si los centrocampistas ahora resultan ser correctos, si no brillantes, las jugadas que acaban en gol también brillan, pero por su ausencia y eso se debe a que dos jugadores que el ciclo pasado nos sacaron las castañas del fuego en el aspecto ofensivo, esta temporada no están igual, por diferentes circunstancias.
Forlán, que nunca fue un prodigio técnico, ni técnico siquiera, pero sí un prodigio a secas, que ya es bastante, ha dejado de serlo. Yo pienso que su cansancio es mental, porque físicamente el 2009 corrió mucho más y se cansaba menos y el 2010 corre mucho menos y se cansa más. Y uno le ha contado los abdominales y les jura que sigue teniendo los mismos, es decir todos los del cuerpo humano más tres. Decididamente su desgaste es psíquico, porque si no no entiendo cómo ayer en el minuto 84, con empate a cero en el marcador, en el campo de un equipo inferior al que se debía ganar sí o sí, sale andando, tan campechano él, como diciendo si ya me voy para qué voy a darme prisa, si el goleador abandona el terreno de juego y nadie va a marcar gol para este equipo tan pequeño sin mí. En fín señor uruguayo, me está usted defraudando y mucho, no por su mala racha de puntería, sino por su forma de encarar los prepartidos, los primeros tiempos, los descansos, los segundos tiempos y los postpartidos. De los entrenamientos no opino porque no le he visto ninguno señor uruguayo. Hágase a la idea de que no va a ir jamás a ese equipo grande que usted quería y ya no quiera usted más ir a él y céntrese en el equipo que le paga, que siempre le agradeceremos que nos metiera en Champions el año pasado, que siempre encumbraremos y nos orgulleceremos de su bota de oro atlética, eso sí, como afición, porque los dueños del cluz han pasado de usted vilmente en todos los aspectos, menos en el remuneratorio, al fin y al cabo el tirar y perder pasta es lo suyo.
Del Kun sólo me cabe decir que no está bien físicamente, porque su forma de leer los partidos, su lucha sin tregua, y su punto de genialidad siguen vivos, pero con la rémora de una condición física paupérrima que le resta explosividad y le impide culminar con el necesario acierto las jugadas de gol, que, en definitiva, las convierte en acciones de casi gol nada más. Quizá tirar del Kun nos pase una factura amarga allá por el mes de mayo, esperemos que no, porque él es listo y no va a arriesgar a perderse el mundial. Yo al Kun, en el momento que estuviera asegurada la permanencia, le pondría pero menos, ya me entienden.
Y aquí aparece Jurado, el mediofantasista, el esteta, el posturitas, el torbellino y podría seguir con cientos de calificativos a cual más absurdo, porque en realidad a este tipo, al cual se le podría hacer un equipo de fútbol sala a su medida para que se perdiera con él en una gira por las islas Mauricio, realmente lo que debe llamársele es el inútil, el inane, el vano, el inepto, el ineficaz, el estéril, el incapaz, el improductivo, el infructuoso, en definitiva el jugador menos uno, aunque, sin embargo, para Quique sea el jugador doce, el primer cambio siempre, o incluso el jugador que pone de titular siempre que quiere dar descanso a alguien o alguien no puede jugar. Que se necesita un medio, ahí está el inútil, que se busca un extremo, infructuoso al aparato, que me falta un mediapunta oiga, tome usted al incapaz.
Y así salió el Atleti ayer en Almería, con el estéril en el equipo inicial y en el final, pues jugó, salvo lapsus, los noventa minutti que por supuesto a mí, se me hacen en este caso y en todos los casos que juegue il incapace (ya sean nueve o noventa minutti) molto pero molto longos. Y por eso, el dominio, el buen juego en el centro del campo, los robos de balón, las paredes trenzadas y las galopadas de unos y otros, se convirtieron igualmente en inútiles y el resto de consabidos sinónimos aplicables al tragatiramisúes, en el momento que el balón le llegaba al interfecto.
No obstante, si el entrenador madrileño sigue confiando en el inane jugador gaditano, supongo que, aunque con sabor amargo, se llenará de sensaciones cada partido, porque en realidad él es un sensacionalista, prefiere la sensación al raciocinio, le gustan los fuegos artificiales en las ruedas de prensa, las visualizaciones, los buenos rollos con los medios y sobre todo con García Quilón, porque si no lo de Jurado resulta de todo punto inexplicable. Pero que sepa usted Sr. Sánchez Flores que, por mucho que convenza a Kiko Narváez su paisano regordete, por muchas emociones que provoque en ciertos medios de información el vano mediofantasista, la afición se rige por la racionalidad y pasará de García Quilón, de Kiko y de usted como los resultados no lleguen y usted, en su débil posición de escudo humano de los del palco, caerá como sus predecesores en el cargo y fíjese usted, todo por una esteril cabezonería.