He de reconocerles que el partido ante el Getafe no lo ví. No tuve ganas, ni ilusión, ni nada que me motivase a irme al bar a verlo o intentar acceder a su retransmisión por internet y en su lugar me quedé apoltronado en el sofá dejando pasar el tiempo y haciendo zapping, que ya llevaba meses sin entregarme a tan ociosa afición.
Y no me arrepiento. Podria arrepentirme de muchas cosas, pero sólo lo hago de algunas pocas y nunca lo haré de ser atletista, por supuesto, ni de dejar de ver los partidos cuando tengo mal fario, porque siempre acierto. De hecho si quieren ustedes ahorrarse más de un disgusto me pueden preguntar antes de cualquier partido no jugado en el Calderón, la consulta es gratis y el porcentaje de error ínfimo.
Y con esa sensación, ya familiar, de que el Atleti es fácil que falle ante rivales que manejan bien el balón, que son la mayoría y por eso todos salvo el Bilbao, el Zaragoza y el Jérez, han sido superiores a nuestro equipo, se congregaría la afición ante las pantallas de sus casas o del bar de la esquina para ver, una vez más, cómo el otrora glorioso pegaba nuevamente el petardazo del fin de semana. Más de lo mismo.
Podría criticar a Quique por insistir con la caterva de jugadores ficticios tipo Valera, Perea o Jurado. o por no prescindir de Simao o Forlán y darles un más que merecido descansito en forma de tres partidos seguidos sin jugar o los que hagan falta si sus sustitutos, salidos lógicamente de la cantera, respondieran.
Incluso podría meterme con todos los jugadores pero eso ya es un tema muy manido, demodé, que ya lo han hecho muchos otros y no sin motivos. Seguro que la mayoría de ustedes lo han hecho y convencido quedo que con la razón por bandera.
Sin embargo hoy estoy vaguete y paso de diatribas, dicotomías y disputas de todo tipo acerca de los jugadores y de los entrenadores, porque no me apetece y además resulta improductivo, dado que el entrenador ni me va a hacer caso a mí, ni a ninguno de ustedes y, además, por varios motivos que les paso a exponer, creo que tiene el puesto asegurado hasta final de temporada.
Uno de esos motivos es que la grada no protesta contra él, a pesar de las numerosas tonterías que hace y dice. Estoy seguro que lo que declaró ayer Emery respecto a que su equipo se vió afectado en Tenerife por el cambio climático ya lo pensó en su momento el faraonito, pero claro, como es perro viejo se lo calló. Sin embargo no ocultó ayer que "es acojonante que no tengan ensayados los fuera de banda ofensivos". Y se queda tan fresco, oigan y, los demás, tan convencidos. Además el detalle de dedicar a la afición la remontada ante el Huelva sumó puntos a su favor ante un graderío repleto de acomodados clientes conformistas. El empate ante el Celta después de un nuevo ridículo, ignoro a quién se lo dedicaría.
Otra razón es que QSF tiene muy buena prensa y ningún medio va a emprender contra él una campaña de acoso y derribo, porque aunque no proceda de noble cuna, sino farandulera, sí proviene de la zona rica de la ciudad y, éso, se respeta.
Por otro lado los propietarios del cluz, ante la aquiescencia de afición y medios a la labor de Quique, no se plantearán quemar el penúltimo barco-escudo que les pueda quedar ante un hipotético nuevo desaguisado, en forma de eliminación copera, uefera o vuelta a los puestos de descenso.
Lo que sí haría hoy con todo el ahínco del mundo es acompañar a Cleber Santana hasta el aeropuerto de Barajas, ayudarle con su equipaje, comprobar que no olvida nada y que su documentación está en perfecto estado de revista y despedirle rumbo a Sao Paulo, e incluso me iría con él, miren ustedes. Pero me temo que éso, por más que me apetezca, tampoco lo llevaré a cabo. Y es que, insisto, estoy algo vaguete.
Por eso hoy, que a pesar del frío el día era luminoso y los rayos del sol invitaban a salir a tomar el aperitivo, he preferido quedarme a cubierto, porque aunque algunos colegas vikingos me habían llamado, con la excusa de discutir la última genialidad en forma de codazo del megahipersupermacrorentable crack, yo sé que la conversación derivaría indefectiblemente en eso de cúal es ahora mismo el segundo equipo de Madrid y, uno, que prefiere conservar a sus amigos aunque no tengan ni puñetera idea de fútbol, ya no entra a esos trapos y se ha quedado en la oficina escribiendo...
"Queridos Enrique y Miguel Angel, me dirijo a vosotros para agradeceos el esfuerzo denodado y desinteresado que estáis realizando en pos de un Atleti mejor, porque ya sabemos todos los atléticos que los malos resultados deportivos, después de 14 años sin títulos, son culpa de los entrenadores y los jugadores, ¡válgame Dios qué mala suerte! ..."
Pues eso, a seguir bien.