viernes, 23 de abril de 2010

VEINTICUATRO AÑOS DESPUÉS.

Llegamos a Lyon casi con el tiempo justo de ir al partido. Poco más de una hora antes de su comienzo, con lo cual ni siquiera tuvimos ocasión de conocer la ciudad, sólo los alrededores del estadio Guerland, que me parecieron algo feos, como el propio estadio, que hoy en día no tiene nada que ver con aquél del año 86, dado que en el 98 a raíz del mundial de Francia fue objeto de un lavado de cara importante. En la mitad de mi vida, era la primera vez que salía de España y la experiencia no fue positiva. Nervios mezclados con ilusión y euforia durante el viaje de ida, que se me hizo eterno. Frustración y una tristeza que no le deseo a nadie a la vuelta. Otra eternidad.

Como la que ha transcurrido hasta plantarnos casi a las puertas de otra final continental. Veinticuatro años a lo largo de los cuales todos hemos cambiado mucho. Yo, acabada la carrera de Derecho, contaba los días para culminar mi última etapa de milicias universitarias y ya soñaba con emprender la carrera profesional que a la postre me permitiría ganarme una posición en la vida y fundar una familia maravillosa que posiblemente no merezca que este Atleti le robe tanto tiempo de esposo y padre.

Porque este Atleti tampoco es el de hace veinticuatro años por mor de una apropiación indebida y una gestión nefasta de los apropiadores que le tiene a las puertas de una quiebra que se pretende evitar con artificios contables y juegos malabares de fusiones-absorciones. Más mentiras. Pero esa historia ya la conocen, no hace falta que se la recuerde y menos ahora, que mi intención no es aguarles la fiesta, aunque algunos me tachen justamente de precipitación porque queda el partido de Anfield. Soy optimista, sí, y yo ya veo al Atleti en la final de Hamburgo. Quiero una revancha media vida después. La necesitamos. Y ahora los soviéticos vamos a ser nosotros. Si hace falta me cubro la cabeza con una ushanka aunque estemos a treinta grados. Total el pelo ya lo tengo perdido casi del todo. Por traernos esa copa para nuestras depauperadas vitrinas cualquier sacrificio es poco.

Me pregunto si Quique Sánchez (ni) Flores y los jugadores lo verán así. Si son conscientes de que deben salir a Anfield a comerse el cesped con tal de llegar a esa final. No tenemos jugadores de sangre caliente en nuestras filas. Quizá el Kun y Ujfalusi sean los que más puedan tirar del carro, además de los canteranos, ya sean jóvenes o viejos. A los demás los veo sin sangre en las venas, unos por su carácter natural y otros porque llevan un tiempecito de donantes, y no para el Atleti precisamente. Y por otro lado el entrenador madrileño me ofrece muchas dudas en el apartado de la mentalización. El esperpento en liga es la muestra evidente.

Aún así, viendo a este Liverpool ramplón, deconstruido a imagen y semejanza de su entrenador con pinta de camarero que sirve las terrazas de Torremolinos y que entre ventas, fichajes y lesiones le ha reducido a la nada, sigo viendo al Atleti en la final.

Y si me estoy precipitando me van a perdonar, se lo ruego encarecidamente, pero hoy el cuerpo y la mente me piden visualizar a mi equipo formando y escuchando el himno español, en una final europea. Nos lo merecemos.

¡¡¡ AÚPA ATLETI !!!

jueves, 15 de abril de 2010

No son deportistas.

Es evidente que ésto que vienen haciendo en la campaña de Liga los jugadores atléticos no se puede llamar dosificación. Al ridículo más espantosono no se le puede calificar tan levemente. Tan vergonzantes actuaciones, arrastrando este escudo no ya fuera del Calderón, sino incluso ante las mismas narices del hincha colchonero, en su propia casa, y máxime en noches como la de ayer, con mal tiempo y peor horario, y en la que los que se congregaron en las gradas semivacías del Manzanares eran los verdaderamente fieles, los que nunca fallan, suponen una afrenta a la afición imperdonable y que desde mi punto de vista no se arregla con llegar a dos finales o incluso ganarlas, a pesar del alegrón que nos podamos llevar por ello.

El hincha atlético no es de los que pueda decir que su equipo nunca falla y, con esta aseveración saben ustedes a lo que me refiero. No es a ganar, sino a dar la cara, a competir, a ser deportista. No lo son.
Ignoro si el mercantilismo que desde las últimas décadas del siglo pasado viene carcomiendo al deporte en general y al fútbol en particular, tiene especial incidencia en esta actitud. Quizá antes se jugaba por competir y ahora por dinero.Opino que no, porque yo sí veo competir al resto de equipos y al mío no. Y no se engañen con eso de que, claro, usted es que se fija en su equipo y en los otros no. No paso por esa milonga. Mi equipo no corre, no arriesga, no va a disputar el balón, hace entradas absurdas por llegar tarde, no se sacrifica. Comprueben que hablo de mi equipo, no individualizo porque no existen excepciones relevantes que puedan cambiar mi opinión. En los otros equipos no aprecio esa actitud, al menos de forma continuada y como patrón de juego en todos los partidos. El "sinsangrismo", ese es nuetro patrón y disculpen por el palabro. No sólo es cualidad de determinado jugador de la parte de Cádiz, sino que afecta a todo el equipo, no se engañen, repito.

Yo ayer no me encontraba, he de confesarles, entre esos fieles. Anoche preferí disputar un partido de fútbol siete a la misma hora. Porque yo sí soy deportista, del montón pero competitivo al máximo. Mi edad cercana a los cincuenta ya no me permite hacer muchos excesos, pero tengo muy claro que seguiré haciendo deporte mientras el cuerpo aguante, aunque no me deba a una hinchada sí me sacrifico. Aunque no me patrocine una firma comercial sí lucho por ganar y lo hago por mi prurito personal., porque es edificante, porque me gratifica jugar y competir contra chavales a los que doblo la edad.

Ser futbolista debe ser una bendición. Hacer de lo que más te gusta tu profesión es impagable. Por no hablar de su jornada laboral y de los emolumentos que reciben. Y los de élite se encuentran entre las personas mejor pagadas del mundo. Quizá por éso hayan dejado de ser deportistas.

Por eso no puedo entender la actitud de nuestros futbolistas. Tampoco la de aquéllos, tanto aficionados como periodistas,  que justifican su indolencia en que no están metidos en la competición. Precisamente en esta competición se han hecho los dos únicos partidos buenos de esta temporada. Ni en Copa ni en EL, donde la mediocridad ha sido la tónica, por no hablar del paso vergonzoso por la Champions.

Considero que Quique Sánchez (ni) Flores no ha sabido inculcar a sus jugadores el deseo de competir en liga. Si a eso unimos el ínfimo nivel de exigencia interesado que emana de la zona (in)noble de las Oficinas de Virgen del Puerto, nos topamos con el coctel propicio para encontrar explicación a lo que está pasando.

Pero aún hay que añadir un ingrediente más. Ayer ví los primeros veinte minutos de partido por la tele puesto que el mío empezaba más tarde. Cuando saltó el equipo al terreno de juego pude comprobar anonadado cómo fue recibido con aplausos por parte de la media entrada que poblaba las gradas del Calderón. Parecían no recordar que venían de ver a su equipo hacer el ridículo en Cornellá. Y aún así aplaudían. Se ha repetido en multitud de ocasiones a lo largo de esta temporada. Esto no es fidelidad tan sólo, llamemos a las cosas por su nombre. Esto es conformismo, resignación, incapacidad de exigir, de volver a lo que un día fue esta afición, acorde al tercer equipo de España. Hoy no lo somos. Tampoco somos competitivos como afición. Es la herencia de estas ignominiosas décadas de gilifato destructivo y mortal para esta institución y su afición.

Ya estoy harto de preguntarme hasta cuándo.

lunes, 12 de abril de 2010

Sin noticias del Atleti.

Este titular viene repitiéndose los lunes con demasiada frecuencia esta temporada, últimamente bien es cierto que sobre todo en los partidos de fuera, pero no por ello deja de ser un dato doloroso y desalentador.
Bob Geldof, ese samaritano con túnica de Armani que cobró cien mil pavos por dar un discurso contra la pobreza cuando otros, no tan activistas,  intervinieron gratis, escribió una buena canción que popularizó con su grupo, por aquél entonces los desconocidos Boomtown Rats, allá por el año 79 y que se llamaba, recordarán ustedes, "I don´t like mondays".
Dicen que detrás de cada canción existe una historia y sí, detrás de ésta sí la hay, aunque resulte  ciertamente trágica e irracional. Un lunes 29 de enero de 1979, la niña Brenda Ann Spencer la emprendió a tiros contra los alumnos del colegio situado frente a su casa en San Diego (California), dejando un saldo de dos muertos y nueve heridos. El arma un rifle semiautomático que su padre le regaló por navidad, ignoro si iba dentro de un enorme peluche. El motivo, declarado a la policía, "no me gustan los lunes y lo hice para animarme".
Un mes después Geldof y su grupo la estrenaron en el teatro Fox de San Diego y se convirtió en número 1 en Inglaterra, mientras que en los puritanos y fariseos USA era censurada, paradójicamente por motivos educativos.
Es evidente que los atléticos podríamos adoptar esa canción como himno y no cabe duda que, sin puritanismos y falsa moral de por medio, a este Atleti de los domingos también hay que censurarle. Hay que exigirle que no arrastre el escudo por esos campos de España, por muy desconectados que estén ya de la liga y por muy concentrados que se les suponga en otras competiciones, de esas que se ganan cada catorce años.  Además, por Europa el escudo ha sido igualmente vilipendiado, con una participación en Champions execrable y batiendo todos los records negativos existentes, por lo cual a mí esa final de Copa y las semifinales de EL , por ahora, no me sirven de consuelo y menos si quedamos, como se prevé, a cincuenta puntos del campeón de liga.
Si ganáramos ambas copas sería otro cantar, aunque sólo fuera por ver los ojos chispeantes de nuestros pequeños, henchidos de orgullo por pertenecer a un club campeón, aunque sea cada catorce años. Ellos no llevan esas cuentas y se merecen ser felices e ir a Neptuno y chinchar a los vikinguitos repelentes. De momento sólo pueden hacerlo con eso de ser los únicos que hemos ganado al Barça, en el único partido realmente bueno de la temporada.
No voy a hacer crónica de un partido que no ví ayer, aunque sí otros muchos domingos, en Mallorca, Pamplona, Málaga, Santander o Almería.  Pero insisto, la crónica sobra, es anecdótica, lo que importa son las medidas a adoptar.
Los más radicales saldrán con eso de presentarnos en Villarreal con el Madrileño y los más cautos dirán que a esos no les toquen, que todavía pueden meterse en la liguilla de ascenso que tienen a sólo tres puntitos. Lo cierto es que hay plantilla para ir a tierras levantinas con un equipo que permita rotar a los más importantes que han de jugar contra el Liverpool, porque por mucho que ellos pretendan negarlo, están axfisiados.
 Aunque no soy de hacer alineaciones es el momento de meter a los Asenjo, Pablo, Pernía, Cabrera, Camacho, Salvio, Ibrahima, Rubén Pérez y compañía. Es evidente que QSF no lo hará. Espero que su desconfianza en unos no implique el total agotamiento de los otros, pero me temo que así será,porque en esto de rotar Quique Sanchez "ni flores" oigan.
Tenemos dos partidos superfluos de liga por medio y la próxima semana nos llega el Liverpool, ya veremos si con el Niño o no. Lo que sí está claro que nosotros no contaremos con Agüero por un capricho de un mal juez, por un error de un entrenador mediocre y por la picardía mal entendida de un crack. Cabría añadir que por el miedo a recurrir esa tarjeta de una directiva medrosa y pusilánime, pero hay tantas cosas que achacar a estos tipejos que uno ya se aburre, entiéndanme. Harto me tienen. Nos tienen. Porque ésos son los que están obligados a exigir, los que han de adoptar medidas, los que deben pedir respeto para una institución histórica, a los jugadores y a los medios. Pero para éso hay que querer y sentir amor y lealtad por unos colores y ellos carecen de tales sentimientos. Además, los unos y los otros están vendidos recíprocamente. Los medios a ellos y ellos a los medios. En definitiva todos chupan de la misma teta, blanca por más señas.
Y mientras tanto, los lunes sin noticias del Atleti. Qué pena.

lunes, 5 de abril de 2010

Crónica de una noche plácida y trotona.

Noche primaveral y partido tranquilo en el Calderón. Muy tranquilo, lo que es inusual, toda vez que ya saben ustedes que, aún cuando el Atleti gana siempre lo hace metiéndonos el miedo en el cuerpo de alguna manera, pero anoche, eso era imposible porque el Deportivo de La Coruña es una banda que atraviesa además una mala racha y que pasó por la ribera del Manzanares como no queriendo molestar, con un juego lánguido y tristón como su entrenador, ese afable Lotina que nunca se pega con nadie y que a todos cae bien e incluso infunde cierta lástima, gane o pierda su equipo. Le  pasa lo que le sucedía a Jabo, le falta mala leche y le sobra bondad.

Sin embargo, aún no queriendo, sí hubo algunas decenas de personas que se molestaron viendo palmar a su equipo y elevaron a las alturas del sosegado cielo madrileño el grito de ¡¡¡ fuera fuera fuera !!!, ése que tanto se echa de menos entre la afición propia en muchas ocasiones, sobre todo contra el palco y contra un tipejo escurridizo de cara extraña y frecuentador de la M30 en días de partido, según él mismo comenta, pero vamos que es mentira, como todo lo que le sale por la boca.  Esos gritos fueron lo único que desentonó en la plácida y primaveral noche de Domingo de Resurrección, que aunque no estoy muy seguro creo que se dice así y suena como muy formal y tal.

Ya saben que uno tiene una opinión muy particular de los partidos y por ello no le gusta hacer crónicas. Considero que el Atleti no tuvo rival en frente y que jugó al trote cochinero de Jurado y Tiago, sobre todo, lo cual resultó suficiente si bien, nos dejó con la duda de si hubiesen sido capaces de correr algo más ante un contrario de mayor poderío físico y verticalidad. Otros cronistas, sin embargo, han visto una borrachera de juego en el segundo tiempo, de la mano de Jurado, Kun y Forlán y alguno ha confundido al viejo Thomas con CR9, lo cual tiene bemoles, aunque lo dijera a modo de crítica al equipo que se supone que entrena.

En fin, que me aburrí mucho y más desde que se fue el Kun, el único que mantiene la intensidad y la chispa, aunque no ande fino. Que el partido no tuvo ritmo porque no fue necesario, aunque en descargo del equipo hay que decir que ya venían de uno de Mestalla vertiginoso y bien jugado, si no tácticamente sí en cuanto a poderío y entrega. Pero volviendo a lo de anoche, fíjense ustedes si el partido fue lento que incluso Jurado se permitió robar dos balones en el medio del campo. Lo nunca visto. Inaudito.

Sí merece la pena hablar de la cantera, que por cierto ayer sufrió un varapalo en Cáceres a sus aspiraciones de colarse en la liguilla de promoción, aunque en realidad  no creo que tales aspiraciones sean fundadas y estimo que el lugar del Madrileño está donde está ahora. Y es que ayer el equipo acabó jugando con muchos canteranos, nada menos que seis. Y lo cierto es que De Gea y Dominguez se están asentando, porque han respondido a la confianza que QSF depositó en ellos. Sí, prefiero hablar de confianza en éstos antes que de desconfianza en otros, hoy no quiero criticar al entrenador madrileño, no ha lugar.

Mención especial para De Gea, muy sobrio y proporcionando seguridad a la defensa en todo momento, sólo tuvo un fallo en un balón sin peligro que se le fue del pie y salió a corner, y realizó una espectacular parada en su escuadra derecha, que esta vez no hizo a mano cambiada, que esos defectos hay que quitárselos con urgencia y lo va a hacer. Muy efectivo, por lo demás, en los saques de puerta.

También quiero hablar de Camacho, al que le deseo que juegue más partidos junto a Tiago. No tengo especial fe en Camacho, no me parece ninguna perla, pero he de reconocer que no se le ha tratado bien. Y tiene desparpajo y personalidad, bastante más que el navarrico. Ayer se ofrecía y la daba con criterio, si bien es cierto que el ritmo lentorro del partido le facilitó las cosas, porque físicamente no anda muy sobrado. Tiago podría hacerle crecer, pero no sé si tendrá esa oportunidad, me temo que no.

Y por supuesto felicitar a Molino. Aunque los jugadores expongan que no están cansados entiendo que las rotaciones son necesarias y tirar del equipo filial, cuajado de jugadores aprovechables, es oportuno, incluso de inicio. A Simao se le ve que no está para la liga, prefiere reservarse para lo que reste de EL, la final de Copa y sobre todo el mundial. Sigo pensando que Salvio debe entrar en su lugar en los partidos ligueros, aunque creo que respecto a este jugador se piensa, si es que alguien piensa en esta institución, de cara al año próximo.

El partido del Valencia será otro cantar. Debe volver Perea a la zaga, por mucho que sea un manojo de nervios, porque Juanito sería un coladero con delanteros rápidos como los del equipo ché. Echaremos de menos nuevamente a Tiago y volverá el efecto navarrico. Es un partido para animar y no para que la grada la tome con él. Es demasiado pusilánime y se hundirá. Yo prometo portarme bien. Sean ustedes buenos y a pasar la eliminatoria. A apovechar la flor de Quique, aunque el efecto placebo de estas eliminatorias que vamos pasando, a la larga nos devuelva a la cruda realidad del olvido ni perdón de una forma muy cruel. Y mientras a los delincuentes y a la afición que los encumbramos, que nos quiten lo bailao.