martes, 1 de marzo de 2016

DESMONTANDO A CALAN (I)



La operación Mahou-Calderón y el traslado del Club a la Peineta, no deja de ser el evidente paradigma de lo que entendemos por especulación -por no hablar de corrupción- urbanística. Ya solo por este hecho, más allá de los presuntos beneficios que a la afición proporcionará este proyecto, cualquier persona de orden debería estar en contra del mismo. Pero déjenme que les explique desde el principio, aunque para ello tenga que acudir a antecedentes muy remotos, toda vez que, institucionalmente hablando, cualquier tiempo muy pasado fue mejor. O al menos fue Club.

Gil Marín se ha cansado de airear que fue Ruiz Gallardón -quizá Rajoy pensara en él cuando inventó eso de la afirmación “ruiz”- el que le llamó para ofrecerle la Peineta dadas  las exigencias del COI de que el estadio olímpico tuviera un uso posterior continuado en el tiempo. La última vez que lo hizo fue ayer en ese brillante encuentro-debate sobre el traslado organizado por Los 50 con la inestimable colaboración del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, que prestó un abarrotado Salón de Actos para albergar tan esperado evento .Casi diez años, se dice pronto, ha esperado la afición para que Gil Marín les lance una batería de evasivas, subterfugios y mentiras al respecto. Pero al menos dio la cara, eso sí, empujado por la presencia en el acto del Concejal Delegado de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, Don José Manuel Calvo, con el cual a partir de ahora se va a jugar los cuartos en una partida de póquer a cara descubierta y sin comodines.

Pero esperando las crónicas de ese evento de la pluma de personas más sabias y sobre todo más objetivas que yo, permítanme que intente darles mis impresiones respecto de las falacias de Gil Marín, en un ensayo que bien podría denominarse “Desmontando a Calan”, sí , ese que me mira desde su atalaya tan displicentemente mientras le pregunto cómo va a pagar el Atleti sus delirios de grandeza -o en su defecto su retiro dorado-, con el agujero financiero que le está ahogando.


En 1989, tres años antes de que Gil y Gil se apropiara delictivamente del Club que presidía desde 1987, aparece una noticia el 14 de abril de 1989 en El País, suscrita por José Damián González y que reza así:

“Jesus Gil pide a la Comunidad que le haga una oferta por el estadio Calderón”

elpais.com/diario/1989/04/14/deportes/608508005_850215.html

No voy a entrar en mayores disquisiciones al respecto de esta noticia, que ya acredita que con la administración de Leguina el otrora presidente del Club lanzó el anzuelo para ver si alguien picaba, cuestión complicada en unas fechas en las que, de momento, el Club todavía no se había convertido de derecho –ilegítimo, por cierto-,en su cortijo.

Cuando finalmente se consuma la tropelía del 92, la familia Gil ya sabía que la joya de la corona era el Vicente Calderón y que verdaderamente, más allá de compras de negritos que no habían visto en su vida un balón, de comisiones y van doorns de turno, el verdadero pelotazo estaba en el suelo del Calderón. Ese estadio pagado con el sudor y abnegado esfuerzo de nuestros abuelos y padres. Brutal la obligación hipotecaria de 1958 que exhibió anoche un pertinaz y brillante José Luis Sánchez Ayuso, Presidente de Señales de Humo y martillo pilón del gilismo chusco. Y curioso que haya pasado desapercibida tan esclarecedora reliquia que sirvió, con otras muchas, para pagar el Estadio Manzanares. Ahí la tienen, a mí me resulta preciosa.



De hecho, la familia Gil se las arregló para vender los dos solares situados en las alas este y oeste del estadio, eliminando las zonas de aparcamiento que hoy se utilizan como excusa del "necesario" traslado, en los cuales hoy se ubican dos residenciales como cualquier aficionado avispado conoce. Incluso uno, lo vendió en plena intervención judicial con la colaboración del interventor Luis Romasanta, posteriormente imputado por corrupción como ya les conté aquí:


Por cierto, uno de los interventores colaboradores de Romasanta en el Atleti, forma parte desde hace años ya del organigrama de la SAD, José Manuel Díaz, actualmente adscrito a los servicios jurídicos. Lo dejamos al libre pensamiento y opinión del lector.

Así las cosas, queda evidenciado que el urbanismo y los Gil van de la mano –tampoco creo que haga falta remontarse hasta Los Ángeles de San Rafael o incluso más atrás hasta cuando Franco indultó al de Burgo de Osma-. Y que así ha seguido siendo hasta nuestros días porque el ladrillo especulativo es un vicio del que es difícil desengancharse. Dinero fácil y rápido, solo hay que esperar la ocasión.

Y la ocasión seguía madurándose y tras subir a primera en el año 2001 se empezó a cocer de nuevo el pastel. Algunos hinchas pertenecientes al FA podrían ilustrarnos –o por qué no el propio Fernando Fariza, competente Director de Explotación del Club- sobre las reuniones iniciadas en 2002 sobre un hipotético traslado, en aquella época en que el Frente parecía tener su cuota de influencia.

Con el desenlace judicial del “Caso Atlético” en ciernes, se congeló cualquier tipo de negociación y fue cuando el TS resolvió el asunto y una vez fallecido Jesús Gil, cuando sus herederos constituyen DIVISIÓN INMOBILIARIA DEL CLUB ATLÉTICO DE MADRID SL, concretamente el 30 de junio de 2004, con la SAD como única socia y Miguel Ángel Gil como Administrador Único, con objeto de dar cabida a inversores que se aventuraran en la recalificación y venta del Calderón y adelantaran dinero fresco

Esta sociedad le cobraba al Club una suma cercana a UN MILLÓN DE EUROS por usar el estadio, en concepto de alquiler. Este mercadeo de los Gil con el estadio duró unos años, hasta que la propia SAD absorvió a DIVISIÓN INMOBILIARIA en el año 2010.  Ahí paró una de las formas que aglutina la trama del saqueo continuado de la familia Gil a nuestro Atleti desde 1992, cuando se apropiaron delictivamente del Club.

Pero desde que en 2004 se pergeñara  DIVISIÓN INMOBILIARIA y se le traspasara el estadio y su suelo, valorado en 226 millones de euros, la propiedad de nuestro Templo ha pasado por las manos de los más variopintos  personajes en distintos porcentajes, siempre en la idea de venderlo. Así, CAJA MADRID y sociedades inmobiliarias de Fernando Martín (ex presidente del Real Madrid), Mark Rich (perseguido por el FBI e indultado posteriormente) Lalo Azcona (íntimo del directivo madridista Fernández Tapias) o Enrique Ventero (condenado por la MALAYA) han participado de DIVISIÓN INMOBILIARIA y el objeto de su creación no era otro que la recalificación de los terrenos del Calderón y la venta de los mismos a terceros o bien su desarrollo urbanístico. Así se gestó el origen de lo que luego devino en la operación Mahou-Calderón. Ya se lo contaba yo por aquí:


Y otros:

También es necesario no obviar, por su transcendencia, que toda esta trama ha sido relacionada en la GÜRTEL a través de supuestos pagos -12 millones de euros- de Fernando Martín a Correa vinculados con la recalificación del Calderón y DIVISIÓN INMOBILIARIA y denominado como el mayor pelotazo de la trama. El juez lo investiga mientras a Señales de Humo no le deja personarse en la causa.


Así las cosas, al que suscribe le parece que con estos antecedentes la operación no puede nacer más viciada y mueve rápidamente a la náusea, pero es obligado exponer que todo esto murió a la misma vez que la propia sociedad DIVISIÓN INMOBILIARIA y ya en 2010 el estadio pasó de nuevo a la SAD, esto es al Club, que desde ese momento dejó de pagar alquileres por utilizar su propio campo. El motivo de por qué los consocios de los Gil dejaron de serlo se explica fácilmente, tanto por la demora en verse realizadas la expectativas urbanísticas creadas –y de hecho aún llega hasta nuestros días en el aire-, como en el hecho de que todos y cada uno de ellos se vieron envueltos en tramas de corrupción o delictivas y empezaban a ser investigados.

Pero como quiera que las ansias por sacar tajada de ese diamante en bruto que era el terreno del Calderón pasaban por recalificarlo, Gil Marín y Cerezo necesitaban buscarse algún socio que allanara el camino. Y en estas, aparece Ruiz Gallardón y el Ayuntamiento de Madrid en escena, que ya estaban avisados desde hacía tiempo, concretamente desde ese año de 1989 en que Gil y Gil le pidió una oferta a la Comunidad presidida por Joaquín Leguina, al que luego sucedió en el cargo su íntimo amigo Alberto. Como para no estar “al loro” del negocio.

El objeto de este primer artículo del serial que será el traslado del Atleti, no es otro que desmontar la afirmación de Gil Marín de que nunca pensaron en vender el Calderón y que fue Alberto Ruiz-Gallardón quien le llamó. Nada más lejos de la realidad. El Calderón ha estado en venta desde que la familia Gil accedió al Club. La familia Gil, con los ojos inyectados en dinero fácil, siempre contempló la venta como objeto de su más ferviente deseo, desechando cualquier atisbo de inquietud en remodelarlo, porque eso no proporciona dinero, muy al contrario, cuesta ponerlo. Ya en 1980 la Asamblea del Club aprobó una remodelación que no se pudo llevar a cabo por cuestiones financieras y la situación patrimonial del Club y la prudencia lo desaconsejaron. Pero cuando te mueve la ambición no existe la cautela ni la mesura y la familia Gil no conoce de comedimientos en este tipo de asuntos donde el dinero se huele de lejos. 



Que no nos cuente milongas el Consejero Delegado y que se deje de subterfugios porque los datos le desmienten rotundamente. Si la operación se diseñó vinculada a las Olimpiadas en Madrid, bien podría haberse parado cuando se supo que las mismas habían sido descartadas sine die, pues las obras ni siquiera se habían iniciado y era lo aconsejable dar la marcha tras, dado que los ingresos derivados de los juegos que iban a costear las infraestructuras se habían volatilizado.

Solo el Ayuntamiento del PP y la SAD saben por qué no se adoptó la feliz decisión de retroceder la operación. Ahora las sombras de la duda, se ciernen sobre la misma y Gil, Marín se ve abocado a negociar a varias bandas, en una posición de clara debilidad frente a todos, pero eso se lo contaré en otro momento, porque aunque no lo parezca, hoy es día de partido grande. Como todos los que juega el Atleti -Don Emilio Muñoz dixit-.

Aúpa !!!