Quiero
empezar esta nota dejando claro que no es un comunicado oficial de Señales de
Humo, sino la opinión personal de uno de sus miembros, que ayer estuvo presente
en la Junta General
de Accionistas del Club Atlético de Madrid SAD, representando a algo más de
4.000 acciones que algunos accionistas leales a Señales nos habían delegado.
Se
esfuerza Gil Marín en desacreditar la representatividad entre la afición
atlética de Señales de Humo y acude para ello a la frialdad de los números,
informando en el comunicado oficial respecto de la Junta General de Accionistas,
que los votos en contra de la aprobación de las cuentas cerradas a junio de 2014
y presupuestos para el ejercicio 2015-2016, tan solo representaron un
porcentaje del 0,24% del total de los votos emitidos.
Sin
embargo, es necesario atar en corto esta información que, siendo veraz, hay que
matizar.
Para
acudir a una Junta de accionistas del Atleti es necesario contar con un número de acciones equivalente al 1
por mil del accionariado, esto es, la friolera de 3.633 acciones, lo cual está
al alcance de muy pocos aficionados y es un fiel reflejo del poco talante
democrático que se gasta el accionista mayoritario, que es quien impone las
reglas y ha decidido acudir al límite máximo que establece la ley, a fin de dar
la menor cabida posible a la opinión de la afición respecto al devenir del
Club. Para que se hagan una idea, FCC, por hablar de su socio inmobiliario en
el asunto Calderón-Peineta, permite entrar a sus accionistas a sus juntas con
una sola acción. Tengan claro pues, que su Atleti, nuestro Atleti, no es ni
suyo ni nuestro, sino una empresa mercantil privada a la cual el sentimiento de
millones de aficionados le importa un bledo.
Pues
bien, Señales de Humo hace el esfuerzo justo para meter en la Junta a dos representantes -pues
no necesita más para hacerse escuchar-, lo que requiere reunir simplemente
7.266 acciones, lo cual consigue sin mayor problema gracias a ese puñado de
fieles accionistas que antes les comentaba. Ayer llegamos a las 8.500 más o
menos, luego nos sobraron más de mil.
Quede
claro, pues, que Señales de Humo, único y exclusivo colectivo opositor a los
intereses de Gil Marín y Cerezo, no obtiene mayor representación en la Junta porque no le es
necesario. Tampoco Señales de Humo se ha arrogado nunca la representación en
exclusiva de la afición, sino solo la de aquellos, pocos o muchos, que la
apoyen. Y agradecidos al máximo.
A
nosotros los números que maneja interesadamente Gil Marín nos dan igual. Los
que nos importan, por ejemplo, son los que se definen por las más de 20.000
firmas que se postularon en su día en contra del traslado del Calderón a la Peineta o por los varios
millares de gargantas que, ya sea en el Templo como en Neptuno, en los momentos
de mayor gloria del Club, nunca han dedicado un canto amable a los
copropietarios ilegítimos del Club. La afición tiene muy calados ya a ambos
personajes y conocen de sobra cómo se apropiaron ilegalmente del Club y cómo lo
dirigen.
Al
margen de lo dicho, es obligado poner de manifiesto que el comunicado oficial
del Club sobre la Junta General
de Accionistas soslaya algunos detalles:
En
primer lugar que, como en cada Junta, Señales de Humo impugna el quórum por
entender que las acciones de Gil Marín y Cerezo están mancilladas por el fraude
de ley declarado en sentencia judicial y, por tanto, son ilegítimas. Las juntas
no deberían celebrarse teniendo en cuenta sus acciones, que por otro lado nunca
debieron detentar al apropiarse indebidamente del Club.
En
segundo lugar omite el comunicado que la Memoria pasa de puntillas por un episodio
trascendental, las pérdidas de 72, 6 millones de euros generadas por la
inviabilidad de Ciudad Norte de Alcorcón, donde se supone que se iba a ubicar
nuestra Ciudad Deportiva, proyecto al cual el Tribunal Supremo ha dado
carpetazo. Estas pérdidas tienen su origen en la venta de plusvalías
urbanísticas que no eran más que meras expectativas que pendían de un hilo tan
frágil que, como ya se ha visto, se ha roto al mínimo estirón. Pero el Atleti
necesita vender lo que no tiene para financiarse. Requiere acudir a la
especulación y el chanchulleo para subsistir. Su futuro siempre está en manos
de terceros ajenos al Club negocio turbio mediante.
Por
ejemplo, estas pérdidas que dejaban al Club en quiebra técnica, le han obligado
a introducir un tercer agente en la propiedad del Atleti, el grupo chino Wanda
comandado por Wang Jianlin. Cerezo pasa a tercer plano. O quizás no, porque de
momento el chino delega sus acciones –es decir su confianza- en el dicharachero
Presidente, al menos en la Junta
de ayer. Por algo se ha dicho siempre que Enrique es el de los contactos.
Así
las cosas, si no llega a ser por los 60 kilos que ha inyectado Wang, el Club se
queda tiritando y en causa de disolución. Se ha vestido como otra cosa, muy
altisonante, acompañada de vestales asiáticas y lujo oriental, de proyectos de
expansión internacional y de multiplicar por cien la presencia en redes
sociales y, eso sí, de enseñar a muchos chinitos a jugar al fútbol y a decir “cocidito
madrileño” y demás.
Y
por cierto, lo de los 15 millones no reintegrables que pone a fondo perdido
Wang es una humorada que no se cree nadie. Veremos con qué nos sorprenden en un
futuro los interfectos pero, lo que es indudable es que los números y los
porcentajes que tanto gustan a Calam son tozudos y, si no es por el chino más
rico de China, nos vamos al hoyo.
No
obstante, como es necesario seguir manejando esos 72,6 millones de pérdidas,
que de momento están acoplados en reservas negativas, “Inversiones Cerezo y
Gil” pretenden retomar la Operación Alcorcón
con propietarios y Consistorio, como ya anunció el Alcalde de la localidad
madrileña hace unos días y ratificaron ambos socios en la Junta de ayer. Eso sí, si
llevamos esperando más de diez años por la Ciudad Deportiva , échenle
ustedes al menos otros diez para ver el helipuerto, el campo de golf de 18
hoyos o el circuito de cross-trainig y demás. Todo muy ampuloso, todo muy
rimbombante, todo humo muy tóxico y por muchos años.
Esto
evidencia que los excelentes resultados deportivos conseguidos por el Cholo
Simeone y su equipo no son suficientes para mantener al Club en lo más alto, ni
siquiera para mantenerlo vivo. Ya se encargan el Consejero Delegado y el
Presidente, con sus fracasos económicos, de dinamitar el trabajo del único que
sustenta al Atleti en lo más alto: Simeone.
Para
acabar, también omite la nota oficial del Club que, como en cada Junta General,
Señales de Humo ha instado que se acuerde la separación de Gil Marín como
Consejero Delegado, dado que fue condenado en 2004 por estafar al Club y, no
obstante, en contra de la Ley
de Sociedades Anónimas Deportivas, la legislación mercantil en general y los propios
estatutos del Club, el Consejo y la
Junta de Accionistas le mantiene como Consejero Delegado
desde tal fecha. Con un par. Y le puso un sueldo. Con dos. También en contra de
toda normativa mercantil y estatutaria. Y esa misma Junta General, en la que pueden
cambiar las caras pero no los afectos interesados y serviles, vienen negando
esa separación año tras año, con el mayor de los desprecios a la ley. Luego
vendrán las lamentaciones cuando la justicia intervenga, que todo llega.
Y
estando en estas, todavía se atreve Gil Marín a manifestar públicamente que
todo aquel con antecedentes delictivos será expulsado del Club. Al refrán,
señores, al refrán, que hay muchos que vienen al caso. A mí el que más me gusta
es aquél que dice: “Cree el ladrón que toda la M 30 es orégano”…¿o no era así?.