QUE DE NOCHE LE MATARON

"Que de noche le mataron



al Caballero,


la gala de Medina,


la flor de Olmedo. "


Aprovechando que esta jornada esa pléyade de feriantes que actúan con nuestra camiseta y portan en su pecho el escudo rojiblanco con el oso y el madroño, ha pasado de gira por tierras vallisoletanas, de no sólo afamados caldos, sino también de ilustres tragicomedias de capa y espada, me ha venido a la memoria esa canción popular que sirve de entrada a este artículo, de la misma forma que le sirvió a Lope de Vega para construir su obra "El caballero de Olmedo".

Y vienen al caso estos versos porque a un humilde servidor, después de lo vivido a través de la pantalla de su ordenador esta tarde de gélido sábado, le queda el poso de que algo fue asesinado vilmente esa otra noche de enero, también glacial, pero esta vez bastante más al sur, en tierra de peteneras y tarantos, de gargantas con sangre, arena y grisú.

Si ustedes se adentraron en los diversos foros y blogs de internet o se sumergieron en las crónicas y tertulias escritas y radiofónicas, en los días posteriores al partido de Copa de Huelva, convendrán conmigo que las palabras más utilizadas  y en un tono dramático a más no poder, fueron  las de vergüenza, deshonra, ultraje...todas ellas muy típicas de esas tragicomedias de nuestro Siglo de Oro.

Pero, ¿qué murió esa noche de frío invierno en Huelva y quién o quiénes fueron los asesinos?.

Se admiten diversas lecturas, cada uno tendrá la suya y el que suscribe, después de darle muchas vueltas, ha concluído en que lo que mataron esa terrible y aciaga noche fué mi ilusión, mi fé y mi esperanza en el resurgir de nuestro amado equipo, tal y como yo lo entiendo, considero y siento. Ignoro si ustedes sentirán de igual forma.

Y dirán ustedes que me he vuelto loco, tras haber vapuleado el Atleti al Pucela por 0-4, en un partido serio por parte de los rojiblancos, un tanto anodino, en el que se ha descubierto una defensa en esta primera división española peor que la nuestra y donde se ha demostrado que con la dosis necesaria de actitud y algo de efectividad de cara al marco contrario, es muy fácil ganar un partido en esta liga e incluso golear.

Sin embargo, lo que me demuestra esta nueva interpretación de los feriantes de Virgen del Puerto es que yo, al menos, ya no sé a que atenerme y a mí cuando se me desorienta, se me desconcierta y se me vacila de esta forma me dá por perder la fé, la esperanza y hasta la caridad si viniera al caso.

Algunos me llamarán ingénuo, otros desequilibrado, ignorante incluso, admito todo tipo de calificativos y epítetos. Me dá igual. Supongo que sabrán leer entre líneas.

Yo sólo sé que por mucho que un presidente ilegítimo y falaz en grado sumo, me diga que ha sentido como lo que no es ( atlético) lo que no tiene (vergüenza), por mucho que un entrenador me cuente abanderando el estandarte de lo que carece (dignidad) que va a adoptar lo que no ha adoptado (medidas drásticas), por mucho que un grupo de farsantes me quieran hacer ver que son lo que no son (futbolistas profesionales) y por mucho que algunos gurús de los medios pretendan que me crea que han dejado de ser lo que siguen siendo (putas cortesanas que llevan envenenando al enfermo desde hace muchos años y que ejercerán de lúgubres y sentidas plañideras cuando llegue la hora final y no exista dosis de antídoto que surta el efecto  tardíamente deseado), de mí no se ríen más. Hasta aquí ha llegado su capacidad de vacilarme y ningunearme.

Y con ello no quiero decir que no vuelva a ir al Calderón, que no me interese por el día a día de este Club, que abandone mis participaciones en los diversos foros y blogs,  que no siga luchando a mi manera y en la medida de mis posibles contra esta lacra que le está matando poco a poco. Pero ya no disfrutaré con los buenos resultados ni sufriré con los adversos. Éso ya me dá absolutamente igual. Mi sentimiento morirá conmigo, eso lo tengo muy claro aunque el Atleti desaparezca de la faz de la tierra. Sin embargo, mi ilusión, mi fé y mi esperanza por lo que actualmente representa el Club Atletico de Madrid  S.A.D.,  resultaron heridas de muerte la noche del miércoles pasado y este sábado las han rematado a sangre fría y con total impunidad.


 ¡Ay, don Alonso,



mi noble señor,


caro os ha costado


el tenerme amor!


P.D. Si esperaban una crónica del partido al uso, lo siento mucho. Supongo que habrán tenido ocasión de leer algunas. A mí no me quedan ni ganas ni humor. Ni olvido ni perdón.